Brandsen, Buenos Aires
Turismo en Brandsen, El Campo, Buenos Aires, Argentina
Estratégicamente situada 40 kilómetros al sur de La Plata y 70 kilómetros al sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Brandsen luce como un descanso rural en pleno reino de cemento. Escapada placentera al ajetreo citadino, punto donde descubrir la costumbre campestre, la apacibilidad de este destino bonaerense contrasta con la dinámica citadina sin alejarse de sus comodidades y servicios.

Brandsen
Brandsen es un pueblo agradable y pródigo en tranquilidad, que traza para el turismo una línea provista de historia, naturaleza, paisaje y entretenimiento. Como destacado, su cartelera de eventos presenta opciones durante todo el año, explayándose en recitales, desfiles, exposiciones, festividades religiosas y acontecimientos culturales.

Así, los sábados y domingos de febrero las calles de Brandsen se visten de color y alegría para recibir a Momo con bailes profanos, mientras miles de visitantes llegan hasta estas distancias para reencontrarse con el viejo carnaval de la familia.

En tanto, entrado el mes de mayo, Brandsen se cubre de mística para vivir una fiesta que habla de fe, de oración y cristiandad en honor a Santa Rita de Cascia, que además de ser la abogada de los casos desesperados e imposibles, es la Patrona de la ciudad desde que en 1896 se levantó el nuevo templo bajo su advocación.

Brandsen
Una alternativa tranquila y segura, Brandsen se caracteriza por el nivel gastronómico de sus restaurantes, la persuasión de sus actividades recreativas y deportivas, y muy especialmente la propuesta de sus establecimientos rurales. Por ello pensar en Brandsen, es pensar en paseos en sulky, placenteras cabalgatas, visitas a huertas orgánicas, recetas caseras y leche recién ordeñada.

La Peatonal del Domingo, sobre calle Ferrari, es otro de los atractivos de este destino de Buenos Aires, tan próximo y tan diferente a la Capital, donde el día comienza con un amanecer en el campo, se disfruta entre corrales y arboledas, se desgusta en la calidez de la cocina hogareña, se combina con un paseo por el pueblo y se despide bajo el manto de estrellas.