Turismo de estancia en establecimientos rurales próximos a la ciudad; pesca deportiva en la laguna
La Salada Grande; avistaje de aves; safaris fotográficos por los fascinantes paisajes carilenses; conforman una propuesta alternativa de la
veraniega Cariló, destinada a aquellos que prefieran la serenidad, el silencio y el descanso profundo en un entorno cálido y encantador.
Paseos de compras, recorridos por puestos artesanales, juegos de aventura en pleno centro urbano; espectáculos artísticos, eventos culturales, delicias gastronómicas; diversión, música y tragos en los abundantes pubs y bares de la costa; dan ese toque de distensión y
frescura que caracteriza la noche de Cariló, cuando no se prefirió ir en busca de la adrenalina en expediciones nocturnas hacia los espacios más ocultos de la zona.
Serena o desafiante, aunque siempre placentera,
la ciudad de Cariló promete jornadas de disfrute sin límites en sus deslumbrantes marcos naturales o en sus espectaculares espacios diseñados, y jamás falta a su promesa.