Siendo un cálido pueblo que mezcla costumbres rurales y urbanas, Navarro brinda una completa oferta en gastronomía y alojamientos; un sinfín de actividades al aire libre que permiten entrar en contacto con la naturaleza; estancias para disfrutar de los encantos campestres y muchos sitios dignos de visitar.


La pesca es otro de sus atractivos, siendo la Laguna de Navarro el lugar indicado para su práctica. Este espejo de agua se extiende en 220 hectáreas, con una profundidad que va desde 0,80 metros a 1,40 metros en los que circulan pejerreyes, bagres, dientudos, tarariras y carpas.

Sus costas ameritan esperar el atardecer para observar como el sol dora las aguas; sorprenden con su variada vegetación, aunque para comodidad del pescador existen muchas zonas limpias que posibilitan a los apasionados de esta disciplina la captura desde la orilla.


Para quienes se maravillen con estos paisajes, existen campings que ofrecen todo lo necesario para una estadía: mesas y bancos, proveedurías, sanitarios, luz eléctrica, juegos infantiles y vigilancia privada. Además se pueden alquilar botes y participar de los tradicionales fogones.