Con los encantos del norte bonaerense, la ciudad de
Salto se destaca por la bondad y calidez de sus habitantes.
Preparada para recibir al turista que la elige, una completa oferta en alojamientos se compone de
hoteles,
bungalow y
camping; la gastronomía también brinda sus alternativas en
Restaurantes,
Parrillas y casas de comida; por las noches se puede disfrutar de las
confiterías y
bares, en una divertida opción.
Una de sus mejores postales se obtiene cuando el
Río homónimo la acaricia, y le otorga la posibilidad de capturar
bagres, carpas y bogas a escasas cuadras de la Plaza Principal; deleitarse con un espectacular
Balneario que despliega toda su infraestructura para refrescarse en sus piletas; dorarse al sol; compartir un tradicional asado; o descansar bajo la sombra de las frondosas arboledas. Muy cerca, el
Camping Municipal propone una aventurera pero cómoda estadía.
A escasos kilómetros de la ciudad, sobre el margen del mismo curso de agua, se pueden observar las
ruinas de un
Molino Harinero destruido por un incendio en 1931. Había sido construido en 1856 por un inmigrante italiano para elaborar la materia prima producida en la zona. Muy cerca, el
salto del Arroyo Saladillo expone un accidente geográfico de singular belleza.