Besada por el Río Paraná, Ramallo se transforma en un balneario lleno de encantos. La exuberante vegetación que rodea la costa posibilita descansar bajo la sombra de los frondosos árboles, degustando un asado a la parrilla o leyendo un libro en la más sublime tranquilidad. Sus arenas finas, de dorada tonalidad, convocan a quienes disfrutan de tenderse bajo el sol o practicar los típicos deportes playeros.


Si el visitante no puede resistir el hechizo de estos paisajes nada mejor que optar por el camping o las confortables cabañas para una estadía llena de emociones, disfrutando de los paradores, bares y restaurantes en el fantástico clima veraniego.

Las extensas aguas son el escenario para una variedad de deportes náuticos: navegación a vela, en lancha y piragua se imponen como opciones llenas de aventura. Para quienes buscan más adrenalina el kayacs, el windsurf, la motonáutica y el sky serán los predilectos de esta propuesta que se destaca por su entorno natural.


La pesca de costa o embarcada se suma a las alternativas que ofrece esta ciudad. Imperdible para esta disciplina son las Islas Lechiguanas, a las que se llega atravesando el fastuoso Río Paraná.