La ciudad de Ramallo se cobija entre las extensas llanuras del norte bonaerense. Por allí los campos se tiñen de diferentes colores demostrando su fertilidad y son transitados por el ganado que selecciona su alimento. Tentarse con un día de campo será inevitable en estos paisajes que guardan tradiciones y costumbres.
Las estancias restauran sus antiguos cascos para transformarlos en el cómodo lugar para la estadía: habitaciones delicadamente amuebladas,
aire acondicionado, baños con
jacuzzi, piscina, son algunos de los servicios que podrá disfrutar el turista que busca el tan ansiado relax.
Las actividades que se ofrecen satisfacen los más variados gustos: un recorrido por las instalaciones mostrará las labores cotidianas de la vida rural; los paseos se pueden realizar a caballo, sulkys,
carruajes antiguos o bicicleta; la pesca es otra opción disfrutando de los muelles que garantizaran un buen pique. Para recordar siempre estas maravillosas postales lo ideal son los safaris fotográficos que permiten avistar la fauna y flora de la región.
Los deportes criollos como el
pato también tienen su lugar, al igual que las
carreras de sortija y los
espectáculos folklóricos que siempre terminan en un tradicional baile criollo.