Perdida en los confines del territorio, sobre la costa sur de la provincia de
Buenos Aires,
Bahía San Blas atrapa con las cualidades de su existencia isleña. Esta localidad propia del
partido de Patagones, arraigada a la
Isla del Jabalí, sobre la bahía que le da nombre, se compone en realidad por dos poblaciones:
Puerto Wassermann sobre la costa; y hacia el interior
Pueblo Mulhall.
Dos rías,
Jabalí al oeste y
Guanaco al sur, separan de tierra firme a la
Isla del Jabalí que tiene forma semilunar y una superficie aproximada de 6000 hectáreas. En esa zona se encuentra toda la infraestructura con que
Bahía San Blas recibe a sus visitantes. En tanto la bahía, propiamente dicha, la integran un conjunto de islas entre las que se encuentran: la Isla de los Cesares, la del Sur, Flamenco, Gama, la Isla del Jabalí, y otras islas menores.
Un clima patagónico, muy seco a pesar de la cercanía del
mar, y muy ventoso sobre todo en los meses cálidos, caracterizan el ambiente bahiense, prácticamente carente de vegetación, pero engalanado por bellezas acuáticas, costas de canto rodado, médanos,
playas solitarias e intensa serenidad.
En este marco desolado, sometido a los caprichos de la naturaleza, se despliega extasiado el
paraíso de los pescadores. Y así se describe a
San Blas, un punto recóndito de
Buenos Aires donde la
pesca se ofrece de costa y embarcada con prodigiosos resultados y a la espera del codiciado ejemplar de tiburón.
Pro y contra de la localidad, el aislamiento territorial es causa de una población estable que apenas supera los 500 habitantes. Sin embargo estos, en su gran mayoría, dedican su tiempo a la
actividad turística, planificando actividades, cocinando exquisiteces y ofreciendo al visitante una estadía cómoda, aventurada y diferente.