El Polo ha sido desde siempre un deporte típico de
Argentina, debido a la necesaria combinación de destreza del caballo y el jinete, y el consecuente requerimiento de la experiencia del hombre de las pampas para la práctica de este difícil y elegante deporte.
La
ciudad de Pilar, considerada “Capital del Polo” por la perfección de sus campos de juego;
Coronel Suárez, la localidad que arrastró su fama por el mundo otorgándole el adjetivo de argentino a este deporte distinguido; Lobos; General Rodríguez; son algunos de los destinos bonaerenses preferidos por los polistas en sus diferentes niveles: aprendices, aficionados y profesionales.