Marisol es una pequeña
villa balnearia que se da el lujo de combinar en su región río y mar. Ubicada sobre la costa atlántica, al sur de la Provincia de Buenos Aires, despliega toda la belleza que la naturaleza le regaló ofreciéndose a sus visitantes para que éstos la disfruten sin restricciones.
Sus
playas son sin duda son uno de los principales motivos para elegirla como destino para descansar y relajarse. Prácticamente inexploradas, seducen con su encanto agreste y la posibilidad de admirar paisajes que mezclan frondosas arboledas, imponentes médanos junto al tinte azulado de las aguas. Imperdibles los atardeceres en sus costas, viendo como el astro mayor se aleja en el horizonte.
Además de invitar a dorarse bajo el sol y tomar refrescantes baños, también es un sitio ideal para los amantes de los
deportes acuáticos; las
travesías que desafían el terreno; las tranquilas
caminatas o cabalgatas que permiten respirar el aire puro; la
pesca tienta en el cercano río Quequén Salado y el inmenso mar.
Pero esto no es todo, las
Cascada Cifuentes y
Mulpunleufú son un espectáculo majestuoso digno de admirar; la
Cueva del Tigre es un misterioso pero apasionante paseo; y el
Puente Viejo una obra arquitectónica imponente que fue destruida por una creciente.
Versátil, apacible y hermosa, Marisol convoca a toda la familia para unas vacaciones inolvidables.